En mis días universitarios, recuerdo haber leído el libro DSM IV (1994) como guía de referencia. Hace poco investigué el libro de nuevo y descubrí que define un evento traumático como uno en el que “la persona experimentó, presenció o se enfrentó a un evento o eventos que involucraron muerte real o amenazada o lesiones graves o una amenaza a la integridad de sí mismo u otros”.
Según la red Nacional de Estrés Traumático Infantil:
- El 78 por ciento de los niños reportan más de una experiencia traumática antes de los 5 años
- El 20 por ciento de los niños reciben tratamiento para una Experiencia Adversa en la Infancia como presenciar/vivir a través de violencia doméstica, abuso sexual, negligencia, pérdida de un familiar cercano, tener un cuidador con un problema de drogas o alcohol, o tener a un familiar cercano en prisión.
Estas cifras son post COVID -19 y George Floyd. Cada evento de la vida afecta a las personas de una manera diferente, en función de las habilidades y fortalezas naturales de cada persona. Todos estamos viviendo un trauma en este momento. Real. Físico. Trauma sincero.
Lo primero que se hace: ponte la propia máscara de oxígeno primero. Como educadores, primero tenemos que cuidarnos a nosotros mismos. Etiqueta y nombra los sentimientos: ira, tristeza, dolor, pérdida, soledad, preocupación, culpa, estrés. Y recuerda:
Sentimientos son válidos. No está exagerando.
No está siendo muy sensible.
El hecho es: Está lastimando
¿Y sabe qué? Está bien sentir estos sentimientos.
Como educador, primero tiene que cuidarse.
Conozca sus limitaciones. Reconoce si pudiera necesitar ayuda profesional. En este momento, los terapeutas están utilizando la-tele-medicación como un medio para llegar a sus pacientes. Estas llamadas permiten un acceso más fácil para que los pacientes “conozcan” a sus terapeutas.
Sepa cuándo es posible que necesite Usted practicar restauradoras (como: siestas, meditación, escuchar música, leer…)
Conéctese con otros. Este es un tiempo de distanciamiento físico, pero no tiene que ser un tiempo de distanciamiento social.
Tenemos que entender en primer lugar que esta pandemia ha sido una experiencia traumática para muchos niños.
- Hubo una pérdida de continuidad del cuidado de niños para muchos.
- Muchos niños dejaron un programa sin despedirse el uno del otro.
- Hubo una pérdida de consistencia en su rutina diaria.
- Familias están estresadas y algunos han perdido empleos o ingresos.
- Los niños están siendo estimulados con- electrónicos.
- Para algunos niños, el cuidado de niños y sus escuelas eran su refugio seguro lejos del abuso. Muchos han perdido ese refugio seguro.
- Algunos niños pueden haber perdido a un miembro de la familia a por culpa de COVID -19.
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Estos son los niños que están regresando a nosotros. Necesitamos ver el mundo a través de sus ojos. La pregunta de hoy es, ¿cómo apoyamos nosotros como educadores a los niños después de COVID -19? Necesitamos crear un ambiente físico y emocional y seguro, practicando las siguientes practicas:
Tranquilidad: es el trabajo del adulto cuidar de ellos. Tenemos que ayudarlos a sentirse seguros.
Rutinas: ayudar a construir una sensación de continuidad. Tenemos que ayudar a establecer una nueva normalidad.
Regulación: validar los sentimientos y enseñar mismo-regulación. Debemos escuchar a los niños y ayudarles a darles herramientas para superar sus grandes sentimientos.
Tal vez podamos intentar enseñarles, hacer, y participar con actividades de atención plena o meditación o incluso algunas prácticas de respiración profunda.
También podemos mantener a los niños ocupados a través del juego, y permitir el tiempo de expresión creativa. Utilicen las artes, la música y el juego dramático para ayudar a los niños a procesar sus grandes sentimientos. Como educadores, podemos aumentar la resiliencia de los niños a través de juegos, libros, marionetas y charlas. Es nuestra obligación reconocer lo que pasó. Como sus proveedores, podemos utilizar el juego como un medio de comunicación a través de títeres, juego con bloques y muchos más centros. Tenemos que permitir que el lenguaje fluya. Sé receptivo. Tenemos que estar en sintonía con sus sentimientos. Todos los niños están teniendo grandes sentimientos ahora también.
El enfoque de atención informada sobre traumas reconoce los signos y síntomas del trauma:
- Pérdida de interés
- Dificultad para prestar atención
- Mayor adherencia
- Dificultad para calmar
- Aumento de la irritabilidad
- Aumento de la agresión
- Regresión de comportamientos: uso de chupetes, problemas de aseo
Los niños que no se aferraron antes no entenderán por qué no pueden seguir estando en casa con sus padres todo el tiempo. Ahora sienten la diferencia.
Necesitamos ayudar a los padres a buscar ayuda profesional, si los niños muestran señales de trauma que no se resuelven relativamente rápido. Los cambios emocionales y conducta en los niños deben esperarse durante una pandemia, ya que todos se adaptan a un nuevo sentido de normalidad. Si los niños muestran un patrón continuo de preocupaciones emocionales o conductas (como: pesadillas, enfoque excesivo en ansiedades, comportamientos regresivos) que no se resuelven con apoyo, puede ser necesario ayuda profesional.
Es fundamental enfatizar las fortalezas, la esperanza y la positividad. Los niños en este momento están en la seguridad y supervivencia de la jerarquía de Maslow. Tenemos que trasladar a los niños un sentido de pertenecen. Necesitan sentirse seguros, y positivos sobre su presente y futuro. Podemos ayudar centrando la atención de los niños en los cuentos/libros sobre cómo las personas se unen.
Escuchar música ayuda. La música sana. Pruebe algunos sonidos relajantes de meditación o Enya (una de mis favoritas). Hacer una fiesta espontánea y bailar. suéltese con los niños.
Recuerde que el recurso más importante para el trauma-informado es las familias de los hijos. Facilitar y mantener una fuerte comunicación con los padres para que se sientan apoyados y usted se sienta apoyado también. Escucha con el corazón abierto. Mantenga a los padres comprometidos con su programa y pídales que le ayuden a medida que se convierte, una vez más, en el educador de su hijo. Los padres son el primer maestro de un niño. En primer lugar, debemos apoyarlos y trabajar con ellos en verdadera asociación para ayudar a criar y educar a sus pequeños.
Angela H. Bayer-Persico is an inspiring early childhood educator. She has been a director and head teacher for over 20 years. She ensures quality standards by being NAFCC accredited. She is a motivational speaker talking from personal experiences and stories that make the listeners feel her passion and connect. She is the author to "Journey of an Accredited Provider." This is a personal look into her life, struggles and reality as an educator. In addition to coaching, consulting, being an educator and keynoting, she is a mother of five children: three adult sons and school age twins. She lives in New York with her loving husband, Giovanni, and children and many fur and feathered babies.
Angela H. Bayer-Persico es una educadora de la primera infancia. Ha sido directora durante más de 20 años. Ella asegura estándares de calidad al estar acreditada por NAFCC. Ella es una oradora motivacional e inspiradora que habla de experiencias e historias personales que hacen que los oyentes sientan su pasión y se conecten. Es la autora de "Journey of an Accredited Provider". Esta es una mirada personal a su vida, luchas y realidad como educadora. Además de asesora, educadora y presentadora principal, es madre de cinco hijos, tres hijos adultos y gemelos en edad escolar. Vive en Nueva York con su amado esposo, Giovanni, y sus hijos y animales.
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